Con emotivo homenaje despiden a la artista María Lagunes en el Palacio de Bellas Artes
El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), rindió un emotivo homenaje a la escultora veracruzana María Lagunes, pionera en diversas disciplinas artísticas.
Al hacer uso de la voz, la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, recordó la vida y obra de la artista María Lagunes: “Mujer excepcional, artista emblemática, veracruzana pionera, tenaz, valiente, creativa y rompedora. Su vida fue plena, caracterizada por su amor y entrega al arte. Su primera pasión fue la música, pero encontró su nicho en el color y la forma concreta. Volcó su talento y sentir en las artes visuales, incursionando en la escultura, la pintura, la fotografía, el grabado, el dibujo y los textiles en diversidad de soportes y formatos”.
Asimismo, hizo un recuento de las obras emblemáticas de la artista, como el Monumento a Rosario Castellanos (1976), hecho en concreto, mármol y bronce, erigido en el Bosque de Chapultepec; Señal (1984), pieza monumental ubicada en el edificio Torre Lomas, en avenida de Las Palmas, galardonada con el primer premio en el Concurso de Escultura Urbana.
Finalmente, recordó que en agosto pasado, la maestra Lagunes fue reconocida con la Medalla de Oro de Bellas Artes, en el Palacio de Bellas Artes. “Hoy, en este mismo recinto la despedimos con todos los honores que merece. Queremos darle un gran abrazo, fraterno y lleno de cariño a sus hijas, Silvia y Maya, para toda su familia, amigos y la comunidad cultural. Descanse en paz la maestra y artista María Lagunes”.
Con la presencia de la familia Segarra Lagunes, así como de amigos, arquitectos y artista de la reconocida docente, la titular del Inbal, Lucina Jiménez López, agradeció a los asistentes por rendir tributo a una gran creadora, a una gran mujer, una gran artista infinita, “…porque ella fue capaz de trabajar y transitar prácticamente por todas las expresiones de las artes plásticas y de las plásticas aquellas que pudieran parecer imposible de ser maleables. No hubo un solo material que no se rindiera ante la inteligencia y creatividad de María Lagunes”.
Para la directora general del Inbal, María Lagunes rompió fronteras en un tiempo donde era imposible pensar a una mujer haciendo escultura, “pero no solo lo rompió en el sentido de conquistar un espacio para dar vida a esa pléyade de escultoras que ahora tenemos, sino que lo hizo rompiendo con un tiempo en donde lo abstracto tampoco era el espacio que reinaba la estética del momento. Fue en ese sentido revolucionaria y siempre con una capacidad de mirar su horizonte”.
En el máximo recinto cultural de México, Jiménez López externó: “Quiero agradecer en nombre del Inbal el trayecto que María Lagunes recorrió, porque nos lo hereda como una gran posibilidad de abrevar a un ejemplo de creación, a un ejemplo de vida, y queremos agradecer a su familia -Maya y Silvia, ambas dedicadas al arte y al patrimonio-, por permitirnos dar no un adiós, porque la vamos a tener de una manera eterna, pero si un momento de agradecimiento y de tributo”, dijo tras pedir un minuto de aplausos para recordar a la pintora y también músico nacida en la Hacienda de Angostillo, Veracruz.
A nombre de la familia de la escultora María Lagunes, su hija Silvia Segarra Lagunes, agradeció a la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza; a la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López; a la subdirectora general del Patrimonio Artístico Mueble del Inbal, Dolores Martínez Orralde, y al director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ignacio del Cueto, por el homenaje de cuerpo presente rendido a la artista.
Y dijo: “Es difícil para mí hablar de María Lagunes tratando de mantenerme a distancia; pero creo que puedo decir que ha sido una gran artista y persona, con un trabajo incansable e inacabable, que ha tenido la fortuna de vivir y disfrutar de la creación artística durante muchos años, como todos sabemos”.
Solo me resta dar las gracias a todos los presentes en el Palacio de Bellas Artes –reiteró-- por todas las muestras de admiración y afecto que María Lagunes ha recibido en vida y ahora. En lo personal, agradezco el haber tenido la suerte de convivir con ella junto con mi hermana Maya, Stefano y Pepe durante tantos años, y de haber podido disfrutar su inmensa sabiduría y su gran talento.
Por su parte, el director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Juan Ignacio del Cueto, reconoció que “María Lagunes nos acaba de dejar, después de 102 años de una vida muy intensa. Dictó cátedra, fue profesora de Dibujo y Representación Gráfica en la Escuela Nacional de Arquitectura durante más de 35 años; fue una maestra que dejó huella en buena parte de sus alumnos y una escultora fuera de serie”.
Al citar dos autores que en 2016 en un libro plasmaron su pensamiento acerca de María Lagunes, recordó que Javier del Cueto escribió que uno de los grandes aportes de finales del siglo XX y principios del siglo XXI a la historia del arte, más allá de sus ismos y sus vanguardias, es la irrupción de la mujer en el panorama artístico.
En ese sentido –continuó— el autor proponía: “Si nos centramos en la escultura, podemos citar a tres grandes artistas: Barbara Hepworth en Inglaterra, Magdalena Abakanowicz en Polonia y María Lagunes en México, por citar solo tres ejemplos que son un paradigma (…) María Lagunes y sus manos ágiles, la escultora y sus manos sabias, la mujer que piensa la escultura…”.
Por su parte, el arquitecto Lorenzo Rocha, su alumno, escribió: “María Lagunes fue la única docente que conocí en la Facultad y que no había estudiado Arquitectura ni Ingeniería Civil, lo cual le daba un enfoque distinto de la arquitectura no solo como técnica sino como arte.
“Sin duda, su formación artística también contribuyó significativamente a ampliar los horizontes de la visión profesional de la arquitectura y su campo de conocimiento en todos los alumnos que asistimos a sus cursos”, concluyó Juan Ignacio del Cueto.
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