LA ACADEMIA DE MAL EN PEOR.
Uno de los programas más queridos por está editorial es sin lugar a dudas la Academia, sin embargo el desgaste del proyecto que tiene casi un cuarto de siglo, los malos manejos, la lucha desesperada del rating se ha desvirtuado el concepto y el propósito que tiene.
Talento hay, considero que está última edición es uno de los mejores castings que le hemos visto al programa, donde la competencia es muy alta, claro hay sus excepciones, aquellos personajes que no cantan pero que se sabe llevan una recomendación o como el caso del Guatemalteco, que por más que gallea, hay que mantener al público de centro américa
Cada edición lo más criticado y hasta cierto punto necesario son las historias que le dan contexto a cada alumno, es una forma de cautivar al público, sin embargo, quienes han sobresalido, sus historias quedaron en segundo plano, por lo que esto, esta de más.
Desde las últimas ediciones nos queda claro que es un circo mediático, entre los críticos y maestros, en 2024, todas las historias y noticias son entorno de Lolita Cortes y Héctor Martínez. Tal es el show que se montan que poco hemos escuchado de las voces o figuras, que destaquen en las últimas generaciones, salvo contadas excepciones, en el que el apoyo no llegó gracias a la televisora o a los productores de la emisión
No hay esa formación de estrellas que tanto se cacaraquean, las grandes figuras son Carlos Rivera y Yuridia, los finalistas de la primera generación y Erica Alcocer ganadora de la segunda generación, gracias al nulo apoyo a través de los años sus carreras se han ido apagando
Hace falta una plataforma en el que Azteca apueste por su talento y no por una proyección limitada y una firma por la que los ex alumnos no se les permita figurar en el medio. Siempre que se estrena una nueva temporada, por lo general algunos egresados por sus medios, publican uno o dos sencillos, pocos son los que se llegan a escuchar, ya que por lo general la televisora hace caso omiso a estos, y claro entre los cientos que son ya, pocos logran ser escuchados por la audiencia y la efervescencia del programa cada vez es menos.
Ya mínimo recientemente de lo pocos talentos que se quedan en la televisora del Ajusco, reaparecen como maestros de la escuela de alto rendimiento, conductores o simplemente como público. Pero es inverosímil que inviten a artistas de renombre, para presentarse, cuando el escaparate debería ser también para esos talentos que le apostaron, sus tiempos, sueños y anhelos al proyecto de la Academia y con esto se sea una prueba de resurgimiento de las nuevas estrellas.
Lo peor de esta edición y a pesar de que ya en el cuarto concierto se le pudo ver que se dedicó a solo leer sus líneas, es sin lugar a dudas, el conductor, Jaime Camil nos ha mostrado sus pésimas actuaciones, sus opiniones de más y el poco control que tiene en el escenario tanto de los alumnos, como de los maestros y críticos, hasta llegar al punto, que parece mercado, a ver quien grita más.
Lamentable lo que pasa con el programa, porque cuenta todavía con muchos seguidores, pero cada día nos sumamos a entretenernos con otras bizarras producciones, que a lo mejor no aportan nada, pero son más genuinas y se sabe que el escandalo en su objetivo.
Se debería combinar ya los dos conceptos, entre la Academia y La Voz, se tiene que empezar a ponderar el talento, porque hemos visto, que quedan dentro participantes con mucha historia, poca belleza y voz. Se van los que si podrían figurar y tienen un sello propio al cantar, pareciera que en lugar de buscar al nuevo Carlos Rivera o Yuridia; quieran retomar figuras parecidas a Paolo Botti o Jolette, hasta el momento los cuatro san las figuras más sobresalientes de este proyecto.
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